miércoles, 7 de abril de 2010
El terremoto en Chile, en directo, y la ruina de Pinochet
“Por mi trabajo –escribe Mario V.–, tuve que pasar un buen tiempo recopilando imágenes y reportajes y no encontraba ninguno que lograse transmitir la sensación que viví durante esos momentos del 27 de febrero en Chile. Necesitaba canalizar mi tensión por lo que me aboqué a tratar de transmitirlo en este video. Escuché la música de Michael Giacchino y logré visualizar el terremoto. Fue como ir pintando un cuadro. De hecho, para la última toma donde se ve la chaqueta moverse en la silla, yo ya no podía más y lo dejé para que fuera el final y terminara”. El video debía seguir con el día después, en Santiago: el tsunami, el aislamiento de las ciudades en el Sur, la falta de ayuda, la desesperación, los saqueos, las campañas de apoyo…”
Para Bret Stephens, columnista del “Wall Street Journal”, la baja tasa de fallecimientos en ese terremoto hay que agradecérsela a Milton Friedman y Augusto Pinochet: “[El espíritu de Friedman] –escribe el antiguo redactor jefe de “The Jerusalem Post” en el diario neoyorquino– sobrevolaba Chile durante las primeras horas del sábado. Gracias en gran medida a él, el país se ha enfrentado a una tragedia que, en cualquier otro lugar, se habría convertido en un Apocalipsis” ¿Fue la estricta política económica impulsada por Friedman en los tiempos de la dictadura la que salvó a los chilenos casi cuarenta años después? Stephens lo tiene claro: “En 1973, año en el que el gobierno protochavista de Salvador Allende fue derrocado por el general Augusto Pinochet, Chile era una ruina”, asegura. “Lo que tenía Chile –continúa el articulista–, era capital intelectual, gracias al programa de intercambio entre su Universidad Católica y el departamento económico de la Universidad de Chicago”.
Cuenta Stephens que Pinochet se mantuvo indiferente a las propuestas de los Chicago Boys hasta que, en 1975, las continuas crisis le animaron a pedir consejo a Friedman sobre cómo remediar la situación. “Se pasó el resto de su vida siendo difamado como cómplice del mal”, destaca. A pesar de ello, cuando Pinochet se vio obligado a renunciar al cargo tras perder un plebiscito, el PNB per capita de la economía chilena había aumentado un 40% y sus sucesores, “todos ellos situados a la izquierda del centro, sólo profundizaron en el camino liberalizador”.
Stephens reconoce que no sólo la riqueza del país ha influido en el relativamente pequeño número de fallecimientos. Chile tiene uno de los códigos de edificación más estrictos del mundo, algo que el articulista también atribuye a las políticas del dictador. Pero, el dato que el articulista del “Wall Street Journal” parece haber olvidado es que las instrucciones sobre construcción antiseísmos se dictaron por primera vez en 1972 (un año antes del derrocamiento y asesinato de Allende) y sólo fueron actualizadas en 1993 (dos años después del abandono del poder por parte del militar golpista). La escritora Naomi Klein, a la que Stephens acusa veladamente de ignorar la realidad y de criminalizar a Friedman, se ha encargado de remitir estos datos a “The Huffington Post”. Jason Linkins ironiza al respecto: “Una cosa en la que Pinochet era realmente bueno era en asesinar a su propio pueblo. De acuerdo con el informe Rettig, 2.279 personas fueron asesinadas por motivos políticos. Eso quiere decir que si ha habido algo mejor que un terremoto de 8,8 grados en la escala Richter para acabar con los chilenos ese ha sido Augusto Pinochet”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario