TERREMOTO EN CHILE, CATÁSTROFES NATURALES DEVELAN AL HOMBRE TAL COMO ES, UN SER MARCHITO POR LA SOCIEDAD ACTUAL.
Lo que demuestra el terremoto en Chile, es una vitrina de lo que la sociedad del siglo XXI, refleja lo que el hombre es. La gran lección que nos deja el terremoto en Chile, no es la incompetencia del gobierno de Chile para reaccionar con celeridad ante la catástrofe, ni la falta de preparación para enfrentar desastres naturales como el acontecido terremoto y maremoto. La gran lección es que la costra de la civilización en que pisamos es siempre tan delgada como una débil tabla. Ocurre un terremoto y usted cae adentro, rascando y excavando para salvar su vida. ¿ Piensa que el saqueo, la violación, el terror armado que surgió en la ciudad de Concepción y sus alrededores es sólo de Chile?, no está equivocado, ¿no recuerda los que ocurrió en EE.UU. específicamente en Nueva Orleans en el 2005, después del Huracán Catrina?. Sucedió lo mismo, saqueos, violaciones, destrucción, desmanes etc. Recientemente, en Haití ocurrió lo mismo, en menos escala, pero en esencia lo mismo.
La historia de la humanidad nos indica que esta reacción del hombre, convertido en un animal no es nueva. Baste que al hombre se le retiren los elementos básicos principales de la vida organizada, civilizada como: alimentos, refugio, agua potable, seguridad personal mínima y volvemos a un estado de naturaleza Hobbesiana, una guerra de todos contra todos.
Algunas personas, algunas veces se comportan con solidaridad heroica; pero, la mayor parte, se comprometen en una lucha despiadada por sobrevivencia individual. Algunos llegan a ser ángeles, los menos, pero la mayoría se revierten a ser simios.
El historiador Inglés Timothy Garton Ash, nos dice que “la palabra civilización se refirió al proceso de civilizar a los animales, el proceso opuesto se llama descivilización, aquel en que las personas dejan de ser civilizadas y se tornan bárbaras”. El terremoto en Chile, tal como ocurrió en el Huracán Catrina es un ejemplo de la pasividad siempre presente de descivilización.
Hay ejemplos de esto en la vida normal. Piense lo que es esperar un vuelo en la noche que es atrasado o cancelado, como ocurrió en los vuelos hacia Chile después del terremoto. Al principio esos lugares guardados de espacio personal de los aeropuertos se convierten en oscilaciones de solidaridad. Una mirada de simpatía mutua sobre el periódico o pantalla del laptop. Unas palabras de frustración o ironía. A menudo esto aumenta a una manifestación de solidaridad del grupo, tal vez dirigida contra el personal desafortunado de la aerolínea. Pero entonces se filtra que saldrá sólo un vuelo en la puerta 58 y quedan pocos asientos disponibles. Colapso instantáneo. Los ángeles se transforman en simios. Las mujeres enfermas y los niños quedan atrás en la estampida, nadie respeta la cola ni nada, hombres doctorados en Harvard y de trajes oscuros, se tornan en gorilas embistiendo lo que este a su paso para ganar a la competencia, obtienen su pase para abordar y se retiran a una esquina para evitar las miradas de otras personas. El gorila obtuvo su plátano, todos, a lo mejor, hemos sido simios en estos casos.
Obviamente, lo ocurrido en Concepción fue mucho más y sin dudas a este paso, de haber otras tragedias naturales en distintas partes del mundo ocurrirá lo mismo, especialmente si seguimos impulsando una sociedad de la desvinculación, donde sólo importa el “yo” y el “nosotros”, por sobre el “tu” y el “ustedes”.
Esta es una amenaza que sin dudas impulsa a la humanidad hacia atrás, la ciencia nos ha indicado hace tiempo que vendrán grandes desastres naturales a la tierra, como producto del manejo que ha hecho el hombre, especialmente en los que se refiere al calentamiento global y el cambio climático. Si partes del mundo se vieran atormentados por inundaciones y cambios en el clima, lo ocurrido en Concepción, después del terremoto, parecería una escaramuza. En un sentido estos también serían terremotos hechos por el hombre.
Lo que depara a la humanidad, no es el “choque de las civilizaciones” de Samuel Huntington. Lo que está bajo amenaza aquí es simplemente la civilización, la delgada costra que colocamos sobre el bullente magna de la naturaleza incluyendo la naturaleza humana.
Todo lo ocurrido después del terremoto en Chile debe llevar a todo el mundo a reflexionar sobre lo ocurrido, es un fenómeno que lo habíamos visto en EE.UU y ahora en Chile, ambos con un denominador común después de un gran desastre natural, lo que indica que nadie está libre de ello y que no es atribuible sólo a un país, es atribuible al hombre que se está moldeando en el mundo actual, sin valores y sin raíces, un hombre sin creencias, sin religión y dueño de sí mismo y de la naturaleza.
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