Así quedaron las bodegas después del terremoto en Chile
Mosto, un sitio especializado en vino y viñas de Chile, realizó un detallado informe tras el terrible terremoto que sacudió al país vecino. Enterate qué pasa del otro lado de la cordillera en plena vendimia.
El terremoto que sacudió Chile el pasado 27 de febrero –y que se agravó con el posterior tsunami, cobrando la vida de al menos 800 personas– afectó también numerosos viñedos y bodegas de Curicó, Maule y Bío Bío. Los periodistas Álvaro Duque y Daniel Greve de Mosto.cl realizaron un exhaustivo informe sobre el estado de las bodegas y los viñedos.
Son pocas las vidas que la industria del vino tiene que lamentar, y eso es una razón para respirar profundo, detener un poco la máquina, reflexionar, agradecer. Pudo haber sido peor. Los 8.8 grados de latigazo terrestre con los que nos castigó la placa de Nazca colisionando con la Sudamericana pudo haber dejado peores grietas, fisuras más profundas, dramáticas. En Mosto hicimos un scanner de norte a sur para constatar las pérdidas humanas, el daño producido en viñedos y bodegas, el real impacto del movimiento en la cosecha vigente, cómo todo este drama afectará la calidad de los futuros vinos y de qué manera alterará los precios. Los que están de pie y los que están levantándose, en las siguientes líneas.
Zona costera
Jamie Verbraak, de Casa Marín, dijo que no hubo vidas que lamentar, pero que su Casona de Lo Abarca –que ya había resistido varios terremotos– no pudo con éste y que, lamentablemente, se hizo inhabitable. Sobre los vinos, pérdidas menores. Por su parte, Soledad González, jefa de marketing de Casas del Bosque, aseguró que no tuvieron daños en las bodegas y en los viñedos, por lo que la viña y el sector turístico siguen funcionando con un cien por ciento de normalidad. Sólo se perdieron 5 mil litros de vino de las barricas, situación que González calificó como un “mínimo detalle”.
En entrevista con el New York Times, Agustín Huneeus -dueño de viña Veramonte, en el valle de Casablanca- dijo que estima las pérdidas en unos cien mil litros de vino y unas 500 barricas”. Pero esas cifras no son tan importantes como la que sigue: 0. Cero vidas que lamentar.
Lo más importante para la industria ahora. Hay que levantarse, reconstruir, retomar. Mirar hacia arriba y adelante. En William Cole también hay buenas noticias, porque Carmen Huenante, de Relaciones Públicas de la viña, contó que todo el personal se encuentra bien y que prácticamente no perdieron vino, más allá de algunas botellas que cayeron en las oficinas. Las bodegas se encuentran en perfecto estado, por lo que la viña está funcionando normalmente. Tanto así, que el lunes comienza la etapa de la vendimia.
Son pocas las vidas que la industria del vino tiene que lamentar, y eso es una razón para respirar profundo, detener un poco la máquina, reflexionar, agradecer. Pudo haber sido peor. Los 8.8 grados de latigazo terrestre con los que nos castigó la placa de Nazca colisionando con la Sudamericana pudo haber dejado peores grietas, fisuras más profundas, dramáticas. En Mosto hicimos un scanner de norte a sur para constatar las pérdidas humanas, el daño producido en viñedos y bodegas, el real impacto del movimiento en la cosecha vigente, cómo todo este drama afectará la calidad de los futuros vinos y de qué manera alterará los precios. Los que están de pie y los que están levantándose, en las siguientes líneas.
Zona costera
Jamie Verbraak, de Casa Marín, dijo que no hubo vidas que lamentar, pero que su Casona de Lo Abarca –que ya había resistido varios terremotos– no pudo con éste y que, lamentablemente, se hizo inhabitable. Sobre los vinos, pérdidas menores. Por su parte, Soledad González, jefa de marketing de Casas del Bosque, aseguró que no tuvieron daños en las bodegas y en los viñedos, por lo que la viña y el sector turístico siguen funcionando con un cien por ciento de normalidad. Sólo se perdieron 5 mil litros de vino de las barricas, situación que González calificó como un “mínimo detalle”.
En entrevista con el New York Times, Agustín Huneeus -dueño de viña Veramonte, en el valle de Casablanca- dijo que estima las pérdidas en unos cien mil litros de vino y unas 500 barricas”. Pero esas cifras no son tan importantes como la que sigue: 0. Cero vidas que lamentar.
Lo más importante para la industria ahora. Hay que levantarse, reconstruir, retomar. Mirar hacia arriba y adelante. En William Cole también hay buenas noticias, porque Carmen Huenante, de Relaciones Públicas de la viña, contó que todo el personal se encuentra bien y que prácticamente no perdieron vino, más allá de algunas botellas que cayeron en las oficinas. Las bodegas se encuentran en perfecto estado, por lo que la viña está funcionando normalmente. Tanto así, que el lunes comienza la etapa de la vendimia.
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