4 de marzo de 2010
FAMILIA SOBREVIVE A TERREMOTOS EN CHILE Y HAITÍ
EL UNIVERSAL La familia Desarmes partió de su Haití natal dos semanas después del terremoto devastador del 12 de enero para reunirse con su hijo mayor en Chile, huyendo del miedo y el caos de Puerto Príncipe.
La sensación de seguridad les duró apenas un mes.
Se disipó el sábado 27 de febrero a las 3.43 de la madrugada cuando uno de los terremotos más poderosos jamás registrados remeció gran parte de Chile.
Los Desarmes sobrevivieron a los dos terremotos. Pero la familia doblemente golpeada duerme en el jardín de una casa que el hijo mayor, Pierre, les consiguió en las afueras de Santiago. Temen un tercer sismo.
''Dejé mi país y vine aquí debido a un terremoto'', dijo Seraphin Philomene, estudiante de 21 años y prima de Desarmes. ''¡Y aquí, lo mismo!''.
''¡Dios mío, dejé mi país y no morí, pero voy a morir aquí!''.
Pierre Desarmes, de 34 años, pudo sacar a su familia de Haití gracias a sus contactos personales en la embajada chilena en Puerto Príncipe y en las fuerzas armadas chilenas. Nueve miembros de su familia -sus padres, dos hermanos con sus familias y tres primos- llegaron a Santiago en un avión de la fuerza aérea chilena el 23 de enero.
Desarmes, vocalista de una popular banda de reggaeton haitiano en Chile, todavía se emociona al recordar cuando vio a su familia por primera vez.
''Los veía y no lo creía. Dijo, 'Dios mío, aquí están'. Fue un momento muy emotivo'', dijo en francés, en el jardín de la casa que ahora aloja a toda la familia.
''Cada vez que lo pienso, me siento triste porque comprendo que pude hacerlo por estar aquí. Pero hay tanta gente allá que no sabe lo que les va a ocurrir'', explicó.
Sus familiares tuvieron que partir con apenas unas horas de aviso, que les llegó vía mensajes de texto de un pariente en Estados Unidos que estaba en contacto con Desarmes en Santiago.
Philomene ni siquiera pudo recoger su ropa, tuvo que correr a la embajada chilena al recibir el mensaje de que la familia tenía autorización para partir.
El terremoto del sábado volvió aún más traumática una transición difícil de por sí.''Cuando se producen las réplicas, se niegan a quedarse en la casa'', dijo Desarmes, sorbiendo una Coca Cola en el jardín.
''Tengo que hablar con ellos todo el día, decirles, 'No hay problema, es un país preparado para terremotos, pasará, no es tan malo'. Pero no me oyen. Psicológicamente para ellos, aún están muy afectados'', explicó.
El hermano de Desarmes, Stanley Desarmes, de 32 años, se encuentra desubicado. Es padre de una niña de dos años, Nelia, que juega en el jardín, y dice que está preocupado por la seguridad de su familia y está pensando en trasladarse a algún otro lugar donde no haya tanto peligro de terremotos.
''No sé qué puedo hacer, pero quedarse no es posible'', dijo. ''Podría morir y podría perder a mi familia. Tengo que irme. No sé a donde, no sé cómo. Pero no quiero morir con mi familia aquí''.Philomene, su prima, planea quedarse y traer al resto de su familia a Chile.
Logró salir de Haití porque vivía con los Desarmes en la capital para terminar sus estudios. Su madre, padre, dos hermanas y un hermano aún siguen en Cap-Haitien, un poblado en el norte de Haití, a unos 144 kilómetros (90 millas) de la capital.
''No he tenido noticias suyas'', dijo, a punto de llorar.
Localizado el miércoles, el padre de Philomene, Luigene Philomene, reaccionó con júbilo al saber que su hija estaba bien. Dijo que no supo de ella desde el terremoto en Chile y que había intentado contactar con parientes suyos en Puerto Príncipe para conseguir noticias.
El padre dijo que cuando se enteró de que su hija había sufrido el terremoto de Chile pensó en un refrán haitiano que, más o menos, se traduce así: ''La salvamos del río y terminó en el mar''.
Ahora, Luigene Philomene siente que su hija tiene protección divina y dice que le gustaría estar con ella en Sudamérica si pudiera.
''Dios nos está protegiendo'', dijo. ''Nuestra familia no murió en Haití así que no van a morir en Chile tampoco''.
Francius Pierre, un primo de Seraphin en Puerto Príncipe, ya sabía que sus parientes en Chile sobrevivieron porque se lo dijo un hermano suyo. Pierre, un estudiante universitario, que se lesionó la rodilla en el terremoto haitiano, dijo que Seraphin y su familia huyeron de la isla en busca de seguridad.
''Si hubieran sabido que algo así volvería a pasar, nunca se hubieran ido'', dijo.
La sensación de seguridad les duró apenas un mes.
Se disipó el sábado 27 de febrero a las 3.43 de la madrugada cuando uno de los terremotos más poderosos jamás registrados remeció gran parte de Chile.
Los Desarmes sobrevivieron a los dos terremotos. Pero la familia doblemente golpeada duerme en el jardín de una casa que el hijo mayor, Pierre, les consiguió en las afueras de Santiago. Temen un tercer sismo.
''Dejé mi país y vine aquí debido a un terremoto'', dijo Seraphin Philomene, estudiante de 21 años y prima de Desarmes. ''¡Y aquí, lo mismo!''.
''¡Dios mío, dejé mi país y no morí, pero voy a morir aquí!''.
Pierre Desarmes, de 34 años, pudo sacar a su familia de Haití gracias a sus contactos personales en la embajada chilena en Puerto Príncipe y en las fuerzas armadas chilenas. Nueve miembros de su familia -sus padres, dos hermanos con sus familias y tres primos- llegaron a Santiago en un avión de la fuerza aérea chilena el 23 de enero.
Desarmes, vocalista de una popular banda de reggaeton haitiano en Chile, todavía se emociona al recordar cuando vio a su familia por primera vez.
''Los veía y no lo creía. Dijo, 'Dios mío, aquí están'. Fue un momento muy emotivo'', dijo en francés, en el jardín de la casa que ahora aloja a toda la familia.
''Cada vez que lo pienso, me siento triste porque comprendo que pude hacerlo por estar aquí. Pero hay tanta gente allá que no sabe lo que les va a ocurrir'', explicó.
Sus familiares tuvieron que partir con apenas unas horas de aviso, que les llegó vía mensajes de texto de un pariente en Estados Unidos que estaba en contacto con Desarmes en Santiago.
Philomene ni siquiera pudo recoger su ropa, tuvo que correr a la embajada chilena al recibir el mensaje de que la familia tenía autorización para partir.
El terremoto del sábado volvió aún más traumática una transición difícil de por sí.''Cuando se producen las réplicas, se niegan a quedarse en la casa'', dijo Desarmes, sorbiendo una Coca Cola en el jardín.
''Tengo que hablar con ellos todo el día, decirles, 'No hay problema, es un país preparado para terremotos, pasará, no es tan malo'. Pero no me oyen. Psicológicamente para ellos, aún están muy afectados'', explicó.
El hermano de Desarmes, Stanley Desarmes, de 32 años, se encuentra desubicado. Es padre de una niña de dos años, Nelia, que juega en el jardín, y dice que está preocupado por la seguridad de su familia y está pensando en trasladarse a algún otro lugar donde no haya tanto peligro de terremotos.
''No sé qué puedo hacer, pero quedarse no es posible'', dijo. ''Podría morir y podría perder a mi familia. Tengo que irme. No sé a donde, no sé cómo. Pero no quiero morir con mi familia aquí''.Philomene, su prima, planea quedarse y traer al resto de su familia a Chile.
Logró salir de Haití porque vivía con los Desarmes en la capital para terminar sus estudios. Su madre, padre, dos hermanas y un hermano aún siguen en Cap-Haitien, un poblado en el norte de Haití, a unos 144 kilómetros (90 millas) de la capital.
''No he tenido noticias suyas'', dijo, a punto de llorar.
Localizado el miércoles, el padre de Philomene, Luigene Philomene, reaccionó con júbilo al saber que su hija estaba bien. Dijo que no supo de ella desde el terremoto en Chile y que había intentado contactar con parientes suyos en Puerto Príncipe para conseguir noticias.
El padre dijo que cuando se enteró de que su hija había sufrido el terremoto de Chile pensó en un refrán haitiano que, más o menos, se traduce así: ''La salvamos del río y terminó en el mar''.
Ahora, Luigene Philomene siente que su hija tiene protección divina y dice que le gustaría estar con ella en Sudamérica si pudiera.
''Dios nos está protegiendo'', dijo. ''Nuestra familia no murió en Haití así que no van a morir en Chile tampoco''.
Francius Pierre, un primo de Seraphin en Puerto Príncipe, ya sabía que sus parientes en Chile sobrevivieron porque se lo dijo un hermano suyo. Pierre, un estudiante universitario, que se lesionó la rodilla en el terremoto haitiano, dijo que Seraphin y su familia huyeron de la isla en busca de seguridad.
''Si hubieran sabido que algo así volvería a pasar, nunca se hubieran ido'', dijo.
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