SANTIAGO — El flamante presidente chileno, Sebastián Piñera, dio inicio formal a su gobierno con un discurso centrado en la reconstrucción tras el sismo y el tsunami del 27 de febrero, en un país que se encuentra bajo el trauma de nuevos movimientos telúricos.
Chile se encontraba bajo el impacto de los tres sismos (de magnitud 7,2, 6,9 y 6) que sacudieron el jueves la zona central del país, que se produjeron apenas minutos antes de que Piñera asumiera como nuevo presidente, en reemplazo de la socialista Michelle Bachelet.
Las 14 réplicas posteriores en la tarde y tres más en la mañana de este viernes han dejado a los chilenos de la zona central, incluyendo a los santiaguinos, en un estado de tensión permanente.
Las primeras horas de la presidencia de Piñera (un empresario incluido en el puesto 437º de la lista de los más ricos de la revista Forbes, con 2.200 millones de dólares de fortuna) han transcurrido entre el ceremonial de su nuevo cargo y la atención de la tragedia.
Este viernes, Piñera dio un paseo a bordo de un descapotable para participar en un Te Deum en la Plaza de Armas de Santiago, que no se realizó en la catedral , sino al aire libre, en solidaridad con los damnificados de los sismos que quedaron sin techo, dijo el sacerdote Fernando Santelices al inicio de la ceremonia.
Poco antes, Piñera señaló a la prensa que tomó una decisión respecto a dos temas críticos: el derrumbe de locales escolares y la falta de atención para miles de enfermos en Maule y Biobío, las dos regiones más devastadas por el sismo y el tsunami de hace casi dos semanas.
Piñera dijo que encomendó a los ministros respectivos que antes de 45 días todos los niños de las zonas afectadas "estén de vuelta en clases", mientras que en 30 días todos los enfermos desplazados producto de la catástrofe, deben ser "atendidos según sus requerimientos".
La prisa que el nuevo mandatario intenta imprimirle a la labor de reconstrucción la simbolizó durante la primera reunión de gabinete, en la madrugada de este viernes. "Durante nuestra primera reunión de gabinete, entregué simbólicamente a cada ministro un casco y un cronómetro. El casco, porque hay que reconstruir, y el cronómetro porque hay que hacerlo muy rápido", dijo Piñera.
La tragedia dejó unos 800 muertos o desaparecidos, más de 1,5 millones de viviendas con daños y dos millones de damnificados en varias poblaciones, con lo cual la tarea de reconstrucción será enorme.
Según publica la prensa local, la estimación hecha por el nuevo ministro de Hacienda, Felipe Larraín, es que el sismo le va a costar a Chile entre 20.000 y 30.000 millones de dólares. Eso en un año que se veía como el de la recuperación económica tras la crisis financiera internacional, que golpeó con fuerza Chile en 2009 (-1,7% en su PIB).
Los analistas calculaban para 2010 un crecimiento de entre un 4,5 y un 5,5%, pero ahora consideran que el sismo podría costarle al país 3 puntos de su crecimiento en el primer semestre y un punto sobre el año completo, aunque señalan que la reconstrucción también podría convertirse en un motor para la economía.
En su primer discurso ante el país, Piñera dio una encendida arenga para que el país sea reconstruido "piedra por piedra y ladrillo por ladrillo".
Para los analistas, el derechista Piñera tendrá que actuar con suma rapidez para poder asumir un liderazgo efectivo igual al de la presidenta Bachelet, que salió del poder con una popularidad del 84%.
La ventaja que tendrá, consideran, es que a pesar de tener un Senado con mayoría opositora, prácticamente podrá hacer pasar todas sus iniciativas sin resistencia debido a los efectos del sismo.
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